El negocio del arrendamiento es distinto al de la venta.

Usted puede vender su inmueble esté o no arrendado.

La venta no interrumpirá su contrato de arrendamiento, y quien adquiera la propiedad deberá subrogarse en su posición de arrendador.

Cuando decida vender su propiedad ofrézcala en primer lugar a su inquilino, por escrito, y dejando constancia del ofrecimiento y su respuesta.

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Puede venderlo sin problemas, salvo que previamente deberá ofrecer fehacientemente la compra al arrendatario, haciendo constar todas las condiciones de la misma y posteriormente, caso de que no haya hecho uso de su derecho de tanteo, deberá remitirle copia de la escritura de compraventa, por si puede y quiere ejercer el derecho de retracto.
Independientemente de eso puede pactar en el contrato de arrendamiento que el arrendatario renuncia a ambos derechos de adquisición preferente, dicha renuncia ha de ser clara y taxativa, en cuyo caso lo anteriormente dicho queda sin efecto.

Por otra parte el comprador está obligado a respetar en todo caso los derechos arrendaticios existentes al momento de la compra.