En menos de tres meses Pedro de 36 años, logró convertir mi vivienda en una pocilga maloliente y repleta de suciedad, por lo que, aparecieron las cucarachas. A la semana forzó la llave de la caldera de gas, dejándola fuera de uso y denegando el pago de la reparación, a consecuencia tuve que abonar el 50% del coste.

Cómo sistemática habitual, orina fuera del inodoro, acumulando la ropa usada en el suelo del cuarto de baño, sin molestarse en limpiar los aparatos sanitarios. A todo ello, tira los restos de comida por la pila de la cocina, dejando las migas y restos en la encimera. Tiende la ropa en las puertas y maleteros del mueble. No hace tareas de limpieza ni se ocupa de sacar la basura. Tras romper la cisterna del inodoro, reparada recientemente a mi cargo, inundó y deterioró la costosa puerta de sapeli del cuarto de baño.

Aceptada la propuesta de irse, reclama la devolución de la fianza por importe de 250 €, descartando la reparación de los daños que originó en la vivienda.