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Buenas tardes, les comento mi situación para que me aconsejen qué hacer.
La situación es la siguiente: Vivo con otras dos chicas (amigas entre ellas) en un piso compartido, el contrato está a nombre de las tres.
Antes de irnos a vivir juntas, les comuniqué que yo quería una convivencia muy tranquila, porque ya tuve problemas el año anterior con una persona que me agredió físicamente. Les dije además las normas que yo veía lógicas (limpieza de la casa, no hacer demasiado ruido por la noche, visitas de novios, etc) y estuvieron todas de acuerdo. Les insistí, para evitar problemas futuros, sobre que llevaran un control de los alimentos y el dinero que tuviesen (tal y como hago yo), pues es sabido que, tanto el dinero como la comida, se gasta sin darse cuenta.
Al empezar el contrato de alquiler, pregunté que quién se iba a encargar de los pagos de las facturas de Internet (puesto que de eso nos ocupamos nosotras, no la casera) y, al ver que no se ofrecían, me ofrecí yo. También, previo permiso de ellas dos, cogí una pequeña estantería para meterla en mi cuarto y poner allí mis cosas. Además de ello, les pedí permiso para poner mis libros en la estantería del salón, cosa que les pareció bien.
Al cabo de tres meses la situación empezó a empeorar: el pago de la factura de Internet no se hacía a tiempo (yo efectuaba el pago y, al no hacerse en su debido momento, eso repercutía negativamente en mi cuenta bancaria), no limpiaban bien la casa, se quejaban de que yo no limpiaba adecuadamente, de que mi gata maullaba muchísimo cuando yo me iba y, además, se quejaban de que yo había cogido la estantería pequeña y me había apropiado de la estantería grande del salón (cosa que ellas dos aceptaron al principio).
En Diciembre, hablé con el novio de una de ellas (ellas no se atrevían a hablar conmigo directamente) y me dio la siguiente solución: castrar a la gata para que no maullase y que hiciese algo respecto a la estantería, puesto que si alguna visita tocaba mis cosas del salón, era su responsabilidad y no querían problemas.
Me dio la opción de mover las cosas a mi cuarto (cosa improbable en ese momento, dado que no tenía espacio suficiente) o de coger la estantería grande del salón y moverla a mi cuarto, para que así no tuviese mis cosas personales en el salón y no hubiese problemas. Literalmente me dijo: "Haz lo que sea con tus cosas, llévate la estantería o lo que sea, pero no las tengas aquí". Lo que hice fue dejarles espacio en la estantería grande para sus cosas y que, así, compartiésemos todas la estantería. La situación se normalizó, hasta nos llevábamos bien.
Un mes y medio más tarde (en plena época de exámenes de Febrero), la situación volvió a complicarse: se quejaban de que la gata seguía maullando, de que no les dejaba dormir ni estudiar, insinuaron que yo les robaba comida y dinero, diciéndome que la comida de una de ellas desaparecía y que el dinero de la otra desaparecía y aparecía misteriosamente. Evidentemente, no tienen pruebas de ello ya que yo no hice tales cosas, nunca robé comida o dinero a ninguna de ellas. Me parece una acusación gravísima por su parte.
Esta situación no se arregló, el novio de una de las chicas (con el que yo siempre hablo de estos problemas) me amenazó con sacar a la gata de la casa si seguía maullando, sin posibilidad de llegar a un acuerdo o solución. He de decir que la gata nunca maulló en mi anterior piso, es una gata cariñosa y tranquila.
Al final, mi pareja intervino y llegamos a un acuerdo: Si me iba más de una noche de casa, me llevaba a la gata, con la condición de que, cuando me fuese y la gata se quedase en el piso, ellas iban a estar con la gata, haciendo que se sintiese cómoda y no maullase. Hablé con un veterinario sobre qué podía pasarle al animal y me contó que tenía ansiedad porque no se sentía a gusto en la casa. Sólo una de ellas colaboró conmigo para que la gata se calmase, cosa que no funcionó porque al cabo de dos semanas dejó de colaborar.
He de aclarar que la gata no maúlla más de un par de maullidos al día, tanto en casa de mi madre como en casa de mi pareja, las veces que la he dejado sola. Con lo que no sé si es que la gata les tiene miedo a mis compañeras de piso o es que se lo están inventado.
Al cabo de una semana después de esa pelea, ellas dos pusieron una cerradura en las puertas de las habitaciones SIN consentimiento ni conocimiento de la casera, ocasionando un grave deterioro en las dos puertas correspondientes. Hablé con la casera sobre ello y me comentó disgustada que no se podían poner cerraduras y que les iba a quitar el dinero de la fianza correspondiente para poder reponer las puertas.
En las vacaciones de Semana Blanca, me fui de visita a casa de unos familiares, dejando mi gata al cuidado de mi madre. Cuando volví el domingo, me encontré con que me faltaban tuppers de cristal (que tenían mi nombre escrito), con lo cual me cabreé bastante y hablé con la casera de nuevo. Le comenté la situación por encima y me dio permiso para poner dos cáncamos con un candado para poder cerrar mi puerta sin estropear su estructura.
Esa misma semana, mis dos compañeras de piso pusieron anuncios en Twitter buscando una persona más para irse a un nuevo piso para compartir, cosa que me alegró bastante, pero aún no se han ido y no creo que se vayan. No creo que se vayan, primero, porque hay un contrato de por medio, y segundo, porque nadie va a alquilar un piso sólo para los cuatro meses (Marzo-Junio) que dura el curso escolar.
La semana pasada, debido a la mala situación del piso y a que yo ya no me encuentro segura en la casa, me llevé la estantería grande del salón a mi cuarto y la intercambié por la otra estantería más pequeña, para que así pudiesen ellas poner sus cosas allí y no tuviesen la tentación de volver a tocar mis pertenencias. Con este acto acaté la solución que se me dijo meses antes de retirar mis cosas del salón.
Hace unos días, una de ellas cogió la televisión del salón y se la llevó a su cuarto. Le pregunté sobre ello y me dijo que, como yo me había llevado la estantería del salón, que ella se llevaba la televisión. También me dijo: "A ver quien tira más de la cuerda", refiriéndose a la situación existente. Finalmente, hablé con ella y le hice ver que yo sólo hacía lo que se me dijo que había que hacer y que no había cogido la estantería, sino que la había intercambiado por la otra. Para no discutir más, dejó la televisión en el salón de nuevo.
Al día siguiente me encuentro con que la televisión no está de nuevo en el salón y que la otra chica de la casa la había cogido. Le pregunto a ver qué ha pasado y me vuelve con la misma historia de que yo había cogido cosas comunes y que cuando las devolviese, que dejaría de la televisión en el salón. Evidentemente, todo esto de la pelea de la televisión no tiene ninguna lógica, ya que se están quejando de que yo he hecho lo que me pidieron que hiciese. Y, evidentemente, yo no voy a devolver la estantería al salón, puesto que pedí permiso para tenerla en mi cuarto y me pidieron que me la llevase.
Como colofón final, añadamos que me dicen "pullitas" e indirectas cada vez que pueden, me siento amenazada en mi propia casa, no estoy a gusto en ella, no puedo dormir, ni estudiar, ni hacer vida normal, me critican en las redes sociales, temo por la seguridad de mi mascota cada vez que salgo de la casa y que, para colmo, el novio de la otra chica está las 24 horas del día en la casa, gastando nuestra agua, nuestra luz y nuestro Internet.
Así que, ¿qué me aconsejáis?
Hola, me refería a qué puedo hacer legalmente, si puedo echarlas, si puedo rescindir el contrato o hablar con la casera para que las eche, etc.