Para "prevenirlo" no hay que hacer nada especial en el contrato de vivienda habitual. El subarriendo está prohibido si el propietario no lo autoriza expresamente. Subarrendar sin permiso o dejar de destinar la vivienda a residencia permanente son causas de resolución del contrato. En cuanto a la duración, el cambio es "firme" desde el mismo momento en que se publicó en el BOE, el pasado 6 de marzo. Se pueden pactar menos de 5 años, pero entonces el inquilino tendrá derecho a prórrogas obligatorias hasta alcanzar los cinco años. Sólo se podría denegar la prórroga obligatoria por necesidad del propietario para habitar él mismo la vivienda. Pero teniendo en cuenta que la reforma legal ha vuelto a la situación de la ley de 1994: la cláusula de necesidad de la vivienda debe incluirse en el contrato.