El cambio de titularidad exime al arrendador de responsabilidad ante las compañías suministradoras, pero una eventual baja por falta de pago del arrendatario obligaría al propietario a una nueva alta, e incluso a obtener un nuevo boletín de enganche, si el anterior es antiguo. Ese es el caso de la energía eléctrica y el agua, que yo considero más fácil mantener a nombre del arrendador, especialmente si las obligaciones del arrendatario están mínimamente garantizadas. El teléfono, por el contrario, dada la facilidad y gratuidad del alta de una nueva línea, considero más prudente ponerlo a nombre del arrendatario.

Como arrendador es preferible que los contratos vayan a nombre del inquilino puesto que se responsabilizará de los pagos ante las compañías suministradoras.

Lo prudente y lo barato no suelen ir juntos.

Lo barato es un cambio de domicilio de pago, no cuesta nada y se lo cargan al inquilino. Problema: si dejan de pagar, el titular del contrato tiene que asumir los pagos.

Lo prudente es cambiar la titularidad de los suministros, el nuevo titular es responsable ante las compañías suministradores. Si deja de pagar será a esa persona a quien le reclamen, pudiendo contratar un nuevo suministro para el mismo domicilio el siguiente. Problema: el cambio de titularidad supone gastos de tramitación.

¿Lo mejor? un cambio de titularidad y negociar el coste con el inquilino. A poco que deje un "facturón" de teléfono, ya te habrá compensado. Piensa lo fácil que es hacer una buena cuenta llamando a teléfonos de "valor añadido" (horóscopos, concursos, llamadas internacionales, etc).

Feliz Navidad.