Tendrán que decidir si realizar el alquiler a través de agencia, pagándole a ésta una comisión a cambio de la gestión del arrendamiento, o si prefieren tratar directamente con el propietario, de particular a particular.

En ambos casos, lo más importante es demostrar su solvencia, mediante nóminas, declaraciones de la renta, prestaciones, o cualquier cosa que convenza al propietario de que pueden pagar ese alquiler. Lo más normal es que les soliciten, además, algún tipo de garantía adicional como un depósito en metálico, un aval bancario, o una persona que les avale, para proteger al propietario en caso de impago.