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Una vivienda unifamiliar que a partir de una herencia pasa a tener dos propietarios, ante la negativa de uno de ellos a vender o alquilar, puede el otro propietario, sin el permiso de éste, unilateralmente, invitar a inmobiliarias para que observen la vivienda para una futura operación. O bien, necesitaría un permiso del segundo propietario, o al menos una comunicación oral o escrita de que se va a producir dicha situación.
Para ofertar la venta no es preciso firma del otro. Para vender hace falta consentimiento de los dos, un procedimiento judicial de división de proindiviso o incluso cabe vender la cuota a un tercero que se pelee con el otro copropietario.